Alicia. Gustavo Hirales Morán

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Foto Mague Alcaraz

Alicia

 

 

Por Gustavo Hirales Morán

 

 

Entre la multitud exasperada

de jóvenes poetas, de anónimos

(mas algún día famosos)

revolucionarios y artistas

que solidariamente se disponían

a encaminar nuestros primeros pasos

por la literatura,

algo escribías acerca de Revueltas,

si bien no olvido

o si mal no recuerdo…

 

Enervante rumor:

el roce acompasado de tus muslos,

Levi’s perdidamente enamorados

de tu blanquitud (de tu blanca

                                               inquietud)

y del deslumbre que cegó el lugar

donde tan mal se estaba

y donde bien se estuvo,

pues la justeza de tu línea

literario/ política

solo era comparable a la soberbia

‒por no decir: a la perfecta,

que sin embargo es menos que

La conmovedora o la sublime‒

curva de tus nalgas…

 

La multitud contiene al sospechoso

que se te acerca en la humedad del celo

fingiéndose poeta:

qué confusión, qué descompuesta corte,

qué miseria de medios, qué impotencia…

 

Pero el guerrero, el apocalíptico el

desviado guerrero

(el porfiado guerrero),

solo ama el abismo;

se hunde solo en el pozo del deseo,

se hunde ahoga en las arenas

movedizas del sueño:

Ay blancura azuzando la jauría

de mis dedos

(redondeces de humedísimos poros).

Ay textura de leche de los miembros…

 

Entre la multitud desmemoriada,

entre el coro de miel y los festejos,

eras la prepotencia, el ritmo, el contoneo,

eras la piel del día más memorable,

rezumando deseo por los poros,

desencadenando sordos gritos internos.

Escándalo de hormonas y aquí, Alicia.

A este punto llegados, repetir suavemente:

Aquí no pasa nada, no es más que la vida

pasando de la noche a los espejos…

 

 

 

 

Gustavo Hirales Morán, escritor mexicano, ha publicado La Liga 23 de Septiembre, orígenes y naufragioMemoria de la guerra de los justos, El complot de Aburto, Camino a Acteal, Chiapas, otra mirada y Siempre de nuevo. Escribe también periodismo en El Nacional y Unomásuno, Nexos y Etcétera.

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